Cuando se trata de edición de video, elegir el ordenador adecuado puede marcar la diferencia entre un flujo de trabajo eficiente y una experiencia frustrante. No importa si trabajas en proyectos ligeros o en producciones de gran calibre, el hardware que utilices influirá en aspectos clave como la velocidad de renderización, la capacidad para manejar archivos pesados, y la suavidad en la reproducción. En este artículo te ayudaré a entender qué características debes buscar y cuál es la mejor opción, basado tanto en mi experiencia personal como en las configuraciones más recomendadas.
¿PC o Mac? La eterna pregunta en la edición de video
A lo largo de los años, he tenido la oportunidad de trabajar tanto con Mac como con PC, y cada uno ha ofrecido una experiencia distinta dependiendo del hardware y la época en la que los utilicé. Mi primer equipo para edición fue un MacBook de 2014, y aunque pude editar videos ligeros de una Nikon D3300, las exportaciones eran lentas y el hardware comenzaba a quedarse corto para proyectos más exigentes.
Cuando me pasé a un PC con Windows, con un Ryzen 7 1700X y una GTX 1070, noté una mejora considerable, sobre todo en los tiempos de exportación. Este PC manejaba sin problemas los archivos de una Sony a6500, y la edición se volvió mucho más ágil. Sin embargo, al dar el salto a una Sony A7SIII, que graba en 4K y utiliza archivos comprimidos de 10 bits, los tirones durante la reproducción comenzaron a ser notables. Fue en ese momento cuando decidí probar de nuevo con un Mac, esta vez con un MacBook Pro M2 Max de 64GB de RAM, y la diferencia fue enorme. La edición se convirtió en una delicia: todo funcionaba de manera fluida, sin tirones, y los tiempos de exportación fueron sorprendentemente rápidos, incluso al trabajar desde una tarjeta SD externa.
He probado un Mac viejo, un PC moderno con Windows, y un Mac moderno, y algo que me ha quedado claro es que ambos sistemas pueden rendir muy bien, pero con el paso del tiempo, cualquier ordenador puede quedarse corto. No se trata de que uno sea mejor que otro, sino de que cada equipo tiene su momento y, eventualmente, necesitarás actualizar para mantener un rendimiento óptimo.
Componentes clave para un ordenador de edición de video
Procesador (CPU)
Uno de los componentes más importantes en un ordenador para editar video es el procesador. Un buen CPU se encargará de tareas como la renderización y la exportación de video. Si estás considerando un PC, procesadores como el AMD Ryzen 9 o el Intel Core i9 son altamente recomendables. Estos procesadores permiten manejar cargas de trabajo exigentes, especialmente si trabajas con software como Adobe Premiere o DaVinci Resolve.
Cuando edité archivos de video de la Sony A7SIII, una cámara que graba en alta calidad con 10 bits y archivos comprimidos, mi PC con Ryzen 7 comenzó a quedarse corto. Los tirones durante la reproducción del video eran frecuentes, lo que me hizo reconsiderar mi configuración. Finalmente, decidí pasarme a un MacBook Pro con procesador M2 Max y 64GB de RAM, y la diferencia fue enorme. No solo desaparecieron los tirones, sino que la exportación fue rapidísima, incluso con archivos en 4K. Fue un cambio decisivo, sobre todo para proyectos más demandantes.
Tarjeta gráfica (GPU)
La GPU es otra pieza clave para la edición de video, especialmente si estás trabajando con efectos visuales, animaciones, o si utilizas software que se beneficia del procesamiento paralelo. En el caso de PCs con Windows, una NVIDIA RTX 3080 o incluso una NVIDIA Quadro son opciones ideales para manejar grandes volúmenes de datos y procesos intensivos de video.
Aunque no he usado mi nueva RTX 3080 para edición (prefiero utilizar mi PC más para juegos), tengo la certeza de que el rendimiento sería más que suficiente para manejar archivos pesados en 4K o 8K. De hecho, las especificaciones de esta tarjeta están diseñadas para tareas exigentes en cuanto a gráficos, lo que la convierte en una excelente opción para editores profesionales.
Memoria RAM
La cantidad de RAM es vital para un rendimiento fluido. Durante mi tiempo trabajando con 32GB en mi anterior PC, me di cuenta de que esta cantidad era más que suficiente para proyectos en 1080p o incluso 4K, aunque la situación cambia cuando trabajas con múltiples capas de video, efectos y material sin comprimir. Con mi MacBook Pro M2 Max con 64GB de RAM, la edición se volvió aún más fluida, sin problemas de ralentización, incluso cuando editaba desde una tarjeta SD en lugar del almacenamiento interno.
Almacenamiento (SSD)
Los discos duros SSD o NVME son esenciales para garantizar tiempos de carga rápidos y una edición sin retrasos. Mi experiencia editando directamente desde una tarjeta SD en lugar de un disco NVMe en mi MacBook fue sorprendente; el equipo no mostró ningún tipo de problema. Esto demuestra que contar con un buen sistema de almacenamiento es crucial, pero un Mac de gama alta puede tolerar mucho más que un PC de gama media en este aspecto.
Portátiles vs. Sobremesa: ¿Cuál es la mejor opción?
Para muchos editores, la portabilidad de un portátil es clave, especialmente si trabajan en distintos lugares o necesitan editar sobre la marcha. Sin embargo, hay algunas consideraciones a tener en cuenta. En mi experiencia con portátiles Windows, aunque me permitían mover proyectos, la batería se agotaba rápidamente y los ventiladores sonaban constantemente, lo que no me resultaba agradable. Con el MacBook, en cambio, la duración de la batería fue significativamente mayor y el sistema permanecía silencioso, incluso durante tareas intensivas de renderización.
Un MacBook Air, aunque de gama de entrada, también puede ser una opción sorprendentemente capaz para la edición de video si tu presupuesto es ajustado. En mi experiencia, las gamas de entrada de Apple ofrecen mejor rendimiento en comparación con los PCs más baratos con Windows, que muchas veces no están a la altura en cuanto a potencia y estabilidad para tareas profesionales.
Conclusión: ¿Qué ordenador elegir para edición de video?
Al final del día, tanto Windows como Apple ofrecen soluciones excelentes para la edición de video, y todo dependerá de tu presupuesto y necesidades específicas. Si buscas rendimiento máximo para tareas pesadas y un flujo de trabajo fluido, un MacBook Pro M2 Max es una opción excepcional. Sin embargo, si prefieres un PC personalizado, con un Ryzen 7 7800X3D y una RTX 3080, puedes obtener un rendimiento comparable, especialmente para trabajar en 4K o 8K.
Si tu presupuesto es limitado, es recomendable invertir en un MacBook Air antes que en un PC económico, ya que en mi experiencia, los portátiles Windows de bajo coste no son tan fiables para tareas exigentes. La decisión final dependerá de cuánto estés dispuesto a invertir y del tipo de proyectos que manejes.
